Hemos llegado al último escalón de nuestro pequeño zigurat, de nuestra estrategia de contenidos. En artículos anteriores, nos centramos en descubrir en qué principios básicos se basa una estrategia de contenidos y cómo debe desarrollarse a través de los diferentes canales.
Una vez que sabemos a quién nos dirigimos, qué y cómo quiere recibir nuestros mensajes y cómo dispone de su tiempo nuestra audiencia, llegamos a la etapa creativa; ahora sí, podemos ponernos a escribir, montar vídeos o hacer fotografías.
Estamos acostumbrados a los cupones de descuento, los códigos promocionales, las encuestas con promoción final o el clásico “tráenos un amigo y benefíciate de una reducción en el precio”. Los sorteos y concursos online son una más de estas estrategias. Organizar un concurso por nuestra cuenta y riesgo es un poco complicado; por eso es recomendable echar un vistazo a alguna plataforma que nos facilite modelos intuitivos y fáciles de utilizar.
Pero, ¿qué es exactamente una estrategia de contenidos? La definición más extendida –y menos atractiva- dice que es la “Planificación, desarrollo y gestión de contenidos en medios escritos o digitales”. Para vender, hay que comunicar, responder a los deseos y necesidades de los usuarios y, el último descubrimiento del marketing de nuevo cuño, hay que escuchar.
Es posible que lanzaras la página web de tu negocio hace tan sólo unos pocos años. Lamentablemente, es bastante probable que se haya quedado obsoleta.
La ficha de producto es, tal vez, el elemento más importante de una tienda online. Es el espacio en el que mostramos, explicamos y describimos los productos o servicios que queremos vender.